Biografía

Sor Leonor de Santa María Ocampo
15 de Agosto 1841
15 de Agosto 1841

Biografía de Sor Leonor de Santa María Ocampo

Isora Ocampo (1841-1900), nació el 15 de agosto de 1841, en un campo cercano al cerro Famatina de la provincia de La Rioja (Argentina). En medio de guerras civiles y con peligro para la vida de su familia. La única hija de don José Ramón, Solana, casada con don Juan Santiago Amaranto Ocampo, estaba a punto de dar a luz. En esas difíciles circunstancias, nada mejor que refugiarse en el cerro “Famatina”. Allí, en las soledades majestuosas del llamado “Campo de Cosme”  donde hay un refugio para los animales y había vertientes de agua, nació Isora del Tránsito.

1847 - 1854
1847 - 1854

Sañogasta tierra natal

Pasó su infancia en torno a Sañogasta (1841-1854), donde su madre había heredado el “mayorazgo” de los Brizuela y Doria. Desde pequeña prefirió la soledad y el silencio. Junto a su familia participó desde pequeña en las devociones populares y practicó la caridad con los más pobres, como ella misma lo cuenta. A los 7 años, aprendió a leer y, en adelante, su personal afición a la lectura le brindará una buena formación religiosa. Con sólo 8 años perdió a su madre y quedó al cuidado de su padre, hermanos y familiares; desde entonces confió su vida a la Virgen, que sería su madre para siempre.

1854 - 1860
1854 - 1860

Hogar y soledad

Luego vivió unos años en La Rioja (1854-1860), con su padre y al cuidado de una tía suya, que la quiso como una hija. Allí compartió el hogar con unas primas muy sociables, que la hicieron sufrir combatiendo su piedad y recogimiento, hasta con agresiones que soportó con gran paciencia. En ese tiempo comenzó a sentir el deseo de ser toda de Dios, recibió el sacramento de la confirmación y fue guiada por el padre Laurencio Torres OP. Dios le concedió favores y gracias en el encuentro con Él, que recibió con humildad y gratitud. Su ansia de soledad la impulsó a huir al campo, pero enseguida comprendió que su deseo se realizaría de otra manera.

1860 - 1868
1860 - 1868

San Juan

Con su padre y una hermana menor se trasladó a San Juan, donde pasó varios años (1860-1868). Compartió allí el hogar de su hermana Benjamina casada con Agustín Herrera, donde ayudó en las tareas, manteniendo su vida de piedad; aunque los familiares la instaban a participar en reuniones sociales, que para nada eran de su agrado. Incluso tuvo un pretendiente que ella rechazó. Pasó luego un tiempo en otra casa, con su padre y su hermana menor, y pudo dedicarse con mayor libertad a sus devociones y a varias obras de caridad. En esa ciudad, atendió y consoló a muchos pobres, enfermos y moribundos. Comprendió por fin que debía entregarse sólo a Dios, no a criatura alguna, y pidió permiso a su padre para ser religiosa.

Deseos de entrar al Convento

Se preparó para ello con una intensa vida de oración, de penitencia, y al cuidado de los más necesitados, en lo material y espiritual; por todo ello tuvo que padecer  contrariedades y fue incomprendida. Dios le siguió concediendo dones de comunión con Él y con la Virgen, de los que se sentía indigna. Al demorarse su deseado ingreso al convento dominico de Santa Catalina de Siena (Córdoba), hizo voto privado de castidad, con el padre Paulino Albarracín OP, su confesor y guía por varios años. Y cuando por fin hubo un sitio para ella en ese monasterio, tuvo que dejarlo en lugar de otra candidata, por carecer del dinero para la dote. Cuando luego se dio otra vacante, se atrevió a pedir limosna entre los conocidos, con la oposición y las amenazas de su familia.

1868 - 1869
1868 - 1869

Deseo cumplido

Pudo cumplir su deseo de ingresar al Monasterio Santa Catalina, en junio de 1868, donde tomó el hábito con el nombre de sor Leonor de Santa María. Tenía entonces 26 años y cumplido el noviciado, profesó al año siguiente (1869), con gran felicidad tal como ella misma relata. En su vida de monja fue observante, humilde, caritativa y servicial, paciente en el sufrimiento, asidua en la penitencia, abandonada en la providencia. Soportó con fortaleza contrariedades y algunas injurias. Dios la favorecía con dones de contemplación, sueños, visiones y voces, que la movían a mayor virtud. Un primer confesor jesuita la probó en la veracidad y el desapego de esos consuelos y con él ejercitó un prudente discernimiento sobre los favores que recibía. Luego la guió el sacerdote dominico fray Reginaldo Toro, que le obligó a confiar ante todo y sólo en el Señor. En los últimos años tuvo la serena conducción del Venerable padre José León Torres, mercedario. Para ellos escribió en reserva sus memorias, en las que se confía plenamente al juicio de sus confesores. Este escrito quedó en manos del Padre Torres y fue devuelto al Monasterio en 1937, cuando recién se reveló la profundidad y grandeza de su vida espiritual.

28 de diciembre de 1900
28 de diciembre de 1900

Hacia la Casa del Padre

Falleció de pulmonía a los 59 años de edad, el 28 de diciembre de 1900. Había comulgado por última vez en Navidad y al ser imprevista su muerte, no alcanzó a recibir los últimos sacramentos, aunque murió muy tranquila y trasmitiendo paz a las otras monjas. A todas sus hermanas religiosas de antes y de ahora, les dejó el ejemplo de una vida entregada en el silencio y la observancia, la oración perseverante, el servicio humilde y abnegado, inspirada siempre en el amor y la confianza en Dios.

19 de Mayo 2018
19 de Mayo 2018

Causa de Canonización

Por algunas dificultades, la causa de beatificación no se pudo iniciar en los años posteriores a su muerte. Fue preparada mucho después por las Monjas Catalinas con ayuda del Arzobispado (1996-1998). Con el visto bueno de la Santa Sede, se realizó el debido proceso diocesano en Córdoba (2003-2004), completado luego (2008), y reconocido por el Vaticano (2009). ). La segunda fase, tramitada en Roma, comenzó en 2014, con la preparación de la Positio, que fue terminada y entregada en junio de 2017. Desde entonces siguió los pasos establecidos por el derecho canónico, a fin de juzgar la posibilidad y la conveniencia de reconocer la vida virtuosa y heroica de la Sierva de Dios. Completados estos  estudios, el Papa Francisco ha autorizado el 19 de mayo de 2018 la publicación del decreto en el cual se reconoce la vida virtuosa en grado heroico de sor Leonor, declarándola por lo tanto Venerable.

Con gratitud hacia Dios y a las monjas de Santa Catalina que conservan su memoria, sor Leonor de Santa María será un valioso ejemplo y un estímulo seguro, para todos los fieles laicos y para todas las personas consagradas, llamadas a seguir el camino de la santidad evangélica.

19 de Mayo 2018
19 de Mayo 2018

Sus restos

Los restos de sor Leonor Ocampo han sido trasladados al templo del Monasterio Santa Catalina de Siena (Córdoba), donde son visitados por numerosos fieles que la invocan para obtener y agradecer las gracias pedidas a Dios por intercesión suya.