Monseñor José María Arancibia Obispo emérito de Mendoza, es Capellán del Monasterio Santa Catalina de Siena y desde hace dos años realiza la investigación de la causa de sor Leonor. En esta publicación nos ayuda a comprender qué significa ser “Venerable”, perfil humano y virtuoso; para los que desconocen sobre el tema. Estos contenidos fueron parte de un Simposio que ofreció en Mayo de 2018 en la ciudad de Tucumán.
VENERABLE. En general: respetable, honorable, digno, distinguido, estimado, admirable, -en las Causas de santos: Reconocimiento oficial de las virtudes heroicas del Siervo de Dios por parte del Sumo Pontífice.
VIRTUDES – HEROICAS. La Biblia nombra las virtudes de varias maneras y sin esquema alguno (sin dar una definición propiamente dicha). Se distinguen ante todo: la fe, la esperanza y la caridad (1 Tes 1,3; Rom 5,1-5; Col, 1,4-5), siendo siempre la caridad la más importante y eterna.[1] Aparecen también en otras enumeraciones, como frutos del Espíritu,[2] o exhortaciones dirigidas a los cristianos de las primeras comunidades.[3]
En la teología sistemática y en las normas para las Causas, se ha utilizado un esquema clásico (aristotélico-tomista): teologales: fe, esperanza y caridad; morales, reunidas en 4 “cardinales”: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; más las otras agrupadas en torno a éstas 4, como humildad, gratitud, castidad, obediencia, abnegación, etc. Entre éstas, se han de considerar las del propio estado; en el caso de sor Leonor, las propias de la vida religiosa y contemplativa, según el carisma dominicano.
Incluida la “penitencia”, porque los santos no son “impecables” (incapaces de pecar, nunca tentados, ni arrepentidos …); muchos de ellos, reconocidos por la Iglesia, han vivido un proceso de conversión, ya sea desde una vida pecadora, ya sea por motivo de indiferencia, ignorancia, tibieza, etc.
Toda virtud, propiamente dicha supone cierto arraigo en el bien y continuidad, más espontaneidad y gusto que dan los buenos hábitos, respecto al bien que se practica. No son actos aislado ni discontinuos; tampoco meras cualidades, que pueden ser poco o nada ejercitadas.
HEROICAS se llaman, cuando son practicadas de manera sostenida y progresiva, creciendo en la persona virtuosa, a través de las exigencias de la vida, las dificultades graves y peligros, de las pruebas fuertes. Por supuesto, son siempre frutos de la gracia de Dios, aceptada y correspondida con docilidad por las decisiones personales libres. Se convierten, además en ejemplo y estímulo para quienes conviven con estas personas virtuosas, o las conocen, admiran e imitan.
¿Cómo se llega a ser “Venerable”?
El proceso de canonización o beatificación tiene varios pasos o etapas. De una forma sencilla, sin el rigor del derecho procesal y de los reglamentos, se puede explicar así:
- Etapa preparatoria: debe ver si hay fama de santidad; recoger nombres o escritos de testigos; buscar documentos y escritos personales, familiares, profesionales; estudiar los antecedentes históricos de la persona y de su ambiente; juzgar la conveniencia de proponerlo como ejemplo y modelo de vida cristiana. Causa de sor LEONOR, se trabajó sobre todo entre 1996 y 1998 (después del deseo o voluntad de comenzarla, formulado mucho antes…).
- Etapa diocesana: Con autorización de la Santa Sede, el Obispo recoge por medio de un sacerdote delegado (instructor), y con las formalidades del derecho, del sujeto o candidato -llamada desde entonces Sierva de Dios-: testimonios de testigos, escritos de la SD, documentos de ella y de su familia, estudios realizados sobre ella, signos de su fama de santidad, constancia de no tener culto y de la importancia de la Causa para la Iglesia del lugar. LEONOR: 2003-2004. 2008.
- Etapa romana: reconocida la validez de los actuado en la diócesis (2009), se prepara la Positio: Escrito que debe presentar con fundamento suficiente de testimonios y documentos, tanto la biografía completa del Siervo de Dios, sumando cuanto haya escrito en vida, como también la prueba de su vida virtuosa en grado heroico y su fama de santidad. Más las razones que indican la conveniencia de proponerlo por parte de la Iglesia como ejemplo de vida e intercesor de gracias.
VENERABLE: ¿sólo un paso previo para llegar a ser beata y luego santa?
Así parecen explicarlo algunas noticias. Y es ciertamente un paso previo … Pero al reconocer las vv. heroicas de un Siervo de Dios, la Iglesia atestigua la victoria de la gracia de Dios en una persona, en la cual se han producido esos frutos, brotados de la misma gracia, con la libre, decidida y gozosa colaboración de dicho sujeto, en un proceso gratuito y responsable a la vez, tanto sanante como santificante de su existencia terrena. Este es, por tanto, un primero y fundamental MILAGRO.
¿Qué sigue después de “venerable”?
Los venerables no pueden tener culto público. Por tanto, de ellos no se hacen imágenes para exponer, no se los presenta con aureolas; no se le dedican altares ni iglesias, no figuran en el calendario litúrgico… Sí son propuestos como ejemplo de vida santa, dignos de veneración y seguimiento. Se los invoca en privado para obtener gracias.
Si una de las gracias concedidas por Dios con la intercesión del venerable, puede ser reconocido como milagro (de ordinario curación inexplicable para la ciencia), una vez constatado ese hecho con ayuda de científicos y de teólogos, el Papa puede decretar la beatificación; ésta se realiza en forma de declaración pública, solemne y oficial, en una liturgia eucarística. Hoy, y de ordinario, tiene lugar allí donde se ha hecho el proceso diocesano (En Córdoba: Brochero (dioc. Cruz del Eje) y Madre Catalina (ciudad de Cba).
La Iglesia interpreta que el milagro ocurrido de esta manera, es una señal positiva de Dios que manifiesta su voluntad para que el SD sea propuesto al culto público de los fieles cristianos y como ejemplo a imitar (con cierta limitación, mientras sean beatos, y luego en plenitud como santos).
En el caso de los mártires, una vez reconocido el hecho de la muerte provocada por odio a la fe y aceptada por Siervos de Dios, éstos son beatificados, sin declaración de venerables y sin un primer milagro.
Un segundo milagro permite que todo beato sea proclamados SANTO.
[1] 1 Cor 13,13: En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor.
[2] Gal 5, 22-23: Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, 23 mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está demás.
[3] 1 Tes 5,14-21: Los exhortamos también a que reprendan a los indisciplinados, animen a los tímidos, sostengan a los débiles, y sean pacientes con todos. Procuren que nadie devuelve mal por mal. Por el contrario, esfuércense por hacer siempre el bien entre ustedes y con todo el mundo. Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno.