Familia de sor Leonor: forjadora de la historia Argentina

La vida de Sor Leonor no fue ajena la historia de su familia. Ella aprendió a amar a la patria, a sacrificarse por el país que nacía, a sufrir el destierro y la persecución en medio de la crisis que la consolidaron como nación. Siendo monja oró sin cesar por su amada Argentina y se unió a los sacrificios de su pueblo. Tanto los Ocampo como los Brizuela y Doria, de quienes provenían respectivamente el padre y la madre de sor Leonor, componen un grupo de hombres y mujeres de valía que protagonizaron hechos relevantes de la historia nacional.

Ambas familias descienden de hidalgos españoles venidos de América en tiempos de la colonia y su vida se centra en la provincia de La Rioja. La gran familia de los OCAMPO, en la que desfilaron políticos, militares, juristas, eclesiásticos, monjas de clausura y escritores comienza con Don Andrés Ortiz de Ocampo, Hidalgo sevillano llegado al Perú a comienzos del siglo XVIII. Casado con Mariana Bazán y Pedraza coma hija del gobernador del Paraguay, se radicó definitivamente en La Rioja.

Los Ocampo 

Los Ocampos tuvieron una destacada y descollante actuación desde la época de las invasiones inglesas, tanto en Buenos Aires, como en La Rioja y en otros puntos del país, siendo verdaderos Patriotas coma forjadores de la historia Argentina.

Don Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, considerado el primer general de los ejércitos de la patria, había muerto un año antes del nacimiento de Sor Leonor y estaba enterrado en el panteón familiar, en la capilla dedicada a San Sebastián. En 1910, Centenario de la Independencia nacional, sus restos fueron llevados a Buenos Aires y enterrados en el panteón de la Catedral, junto a los restos del General Don José de San Martín.

“Los Brizuela y Doria igual que los Ortíz de Ocampo tuvieron una importante actuación en los albores de nuestra patria, cuando San Martín se hizo cargo del gobierno de Cuyo e inició la formación del ejército de los Andes”

La familia Brizuela y Doria comienza con el Capitán General Don Pedro Nicolás de Brizuela y de la Peña, Hidalgo Castellano que llegó a América en el siglo XVII, quien desempeñó sucesivos e importantes cargos políticos y militares. Casado con la riojana Mariana Doria en 1633, fundaron en 1663 el Mayorazgo de San Sebastián en Sañogasta (La Rioja).

Los Brizuela y Doria igual que los Ortiz de Ocampo tuvieron una importante actuación en los albores de nuestra patria cuando San Martín se hizo cargo del gobierno de Cuyo e inició la formación del ejército de los Andes. Gobernaba en La Rioja Don Francisco Javier de Brizuela y Doria, Señor del Mayorazgo, a quién desempeña una importante actividad de gobierno, asumiendo el cargo el 24 de mayo de 1815.

Demostró empeño, capacidad y Patriotismo, haciendo que La Rioja rindiera el máximo servicio a la causa de la independencia, más allá todavía de las reales capacidades de este pueblo pobre. Impulso la minería en Famatina, y contribuyó al Ejército de San Martín con aportes personales. Con su hermano Don Nicolás, fundieron en 1812 los primeros cañones argentinos en Famatina para luchar por la independencia. Estos cañones fueron luego tomados por Quiroga y ganados a este por el General Paz en la Tablada.

Agradecimiento de San Martín al abuelo materno de sor Leonor

También con su hijo, reclutaron hombres para las campañas militares. En el archivo de la familia Brizuela y Doria de Sañogasta se conserva la carta que el general San Martín dijera a Don Ramón Brizuela y Doria, con motivo de su colaboración en la Campaña de la Independencia, de fecha 2 de diciembre de 1819.

Fuente: “Sor Leonor  Una flor de Dios en la Argentina”. Sor María Nora Díaz Cornejo OP. Editorial PPC. Monasterio Santa Catalina de Siena en Córdoba Argentina. 

¿Sabías que era el mayorazgo?

El mayorazgo fue una antigua institución del derecho nobiliario español, transplantada en América. El objeto del mayorazgo era proteger los bienes a través de las generaciones, impidiendo su dilapidación, para dar al linaje de su fundador condiciones materiales de perdurar. Previa autorización del Rey, un jefe de estirpe, podía fundar un Mayorazgo y vincular al mismo no sólo bienes inmuebles, sino también una amplitud diversidad de bienes muebles como joyas, armas, platería, pedrería, obras de arte, etcétera. Efectuadas las vinculaciones jurídicamente eran indivisibles inalienables.

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