Sor Nora Díaz Cornejo O.P.
El tiempo de cuaresma que hemos iniciado, tiene como finalidad prepararnos para la celebración de la Pascua y obtiene su trasfondo espiritual de la imagen bíblica del desierto.
El desierto representa por un lado, la experiencia del pueblo de Israel después de la salida de Egipto y por otro lado, el ayuno y la oración de Jesús que después de 40 días, finalizó con su victoria sobre las tentaciones de Satanás.
Ambas experiencias inspiran el camino cuaresmal porque en este tiempo, somos invitados como cristianos, a renovar la alianza bautismal prefigurada en la alianza en el monte Sinaí entre Yahvé y el pueblo de Israel y a crecer en la fidelidad a la Palabra de Dios, con la cual Jesús el Señor venció toda tentación.
Sor Leonor relata en su autobiografía que durante la primera cuaresma después de la muerte de su mamá, en que tenía 9 años, ayunaba con todo rigor. Más adelante, siendo adolescente, cuando vive en La Rioja, nos cuenta que su tía Concepción la encontraba siempre dispuesta a las cosas devotas y espirituales y ella la convidaba y rogaba que la llevase a misas y sermones de cuaresma e iba contenta a la iglesia, no así sus primas. Que en la casa de su tía, tenían la costumbre en cuaresma de cerrar la puerta de la casa a toda visita.
En tu experiencia personal, ¿Qué te comunica esta experiencia de sor Leonor? ¿Qué te sugiere o inspira?
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