El 19 de mayo de 2022 se celebró un nuevo aniversario de la declaración de Sor Leonor de Santa María Ocampo OP como Venerable. Este día llegó con un regalo para quienes siguen a Sor Leonor y para quienes aún no la conocen y podrían dejarse conquistar por su testimonio sencillo y elocuente de santidad: la Autobiografía en versión digital disponible para descargar desde el sitio oficial www.sorleonordesantamaria.com
Para las lectoras y lectores esta Autobiografía le resultará muy dinámica ya que está organizada en cuatro partes, atravesando las distintas etapas de la vida de Sor Leonor, como laica y como monja dominica en Córdoba. En Sañogasta (La Rioja) 1841-1854. En la ciudad de La Rioja 1854-1860. En la ciudad de San Juan 1860-1868. En la ciudad de Córdoba 1868-1900.
Su transcripción, introducción, títulos y notas estuvieron a cargo de Monseñor José María Arancibia, Arzobispo emérito de Mendoza Capellán del Monasterio Santa Catalina de Córdoba.
Él mismo en la introducción comparte de qué se trata este trabajo en versión digital:
“Escribió este manuscrito siendo monja profesa del mencionado Monasterio, aproximadamente entre los años 1871 y 1883. Al redactarlo, su único objetivo era confiar a sus confesores y guías espirituales, en absoluta reserva, los singulares dones de gracia con que se encontró favorecida.
Dios le había concedido una intensa vida de comunión con Él, en profunda y constante oración, con una singular experiencia mística y virtudes en grado heroico. Por ello, está escrito con toda humildad y plena confianza en el juicio de quienes podían aconsejarla en la Iglesia.
El relato incluye hechos y circunstancias de toda su vida; desde su infancia en familia, su adolescencia y juventud en La Rioja y en San Juan, hasta su vida de comunidad en el citado Monasterio y la relación con sus confesores.
La narración sigue un orden cronológico, según las etapas de su vida, aunque a veces vuelve atrás para contar hechos omitidos que recuerda; pero nunca indica la fecha exacta de los sucesos. Varias de las personas que ella nombra o menciona se han podido identificar, pero no todas.
Este escrito, al que su autora no puso título, se puede llamar Autobiografía, si bien se trata de apuntes espirituales que solo tuvieron el fin antes mencionado. Ocupa dos cuadernos de tamaño común y tapa dura, más dos folios sueltos y doblados, con siete carillas escritas, agregados al final. Todo el manuscrito está muy bien conservado y se guarda en el archivo del Monasterio Santa Catalina de Siena en Córdoba.
La caligrafía es cuidada y legible. De su autenticidad nunca se ha dudado. Más bien lo confirma la letra del manuscrito, que corresponde a la de otro escrito suyo de puño y letra, que lleva su firma. A la muerte de sor Leonor, estos cuadernos quedaron en manos del Venerable padre fray José León Torres OM (+1930), su último confesor, y sólo varios años después (1937) fueron devueltos al Monasterio por las Hermanas Mercedarias del Niño Jesús, por él fundadas (1887).
Video: Monseñor José María Arancibia.
Guardado en lo secreto, sale a la luz
“Estas religiosas lo habían guardado hasta entonces con sumo cuidado y finalmente respetaron la leyenda puesta al comienzo de cada cuaderno: No se puede leer este cuaderno. Devolver a sor Leonor de Sta. María. Monasterio de Catalinas. Para esta transcripción, el texto fue revisado por entero, corrigiendo y completando las versiones ya existentes.
En la versión que ahora se ofrece, se ha conservado en lo posible la redacción original, con su estilo y lenguaje. Pero se ha modernizado la ortografía, se reemplazaron las abreviaturas, se retocaron la puntuación y la sintaxis, para facilitar la comprensión del texto, que revela la precaria preparación literaria de su autora.
Cuando en 1937 estos cuadernos fueron devueltos y leídos, la comunidad de Santa Catalina recién conoció en profundidad la excepcional vida de comunión con Dios, de abandono confiado en la providencia y de abnegado amor al prójimo, que había llevado sor Leonor, tanto siendo laica en el mundo, como monja en el Monasterio” escribe Monseñor Arancibia.
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