Sor Leonor tenía el don de sanar el corazón

En este mes el Papa Francisco nos invita a orar “para que el sacramento de la Unción de los Enfermos dé a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, y se convierta cada vez más para todos en un signo visible de compasión y esperanza”.

En la vida de sor Leonor se destacan su amor y dedicación a pobres y enfermos, que nacían de un corazón agradecido a los dones de Dios y en constante comunión contemplativa con Él.

En sus escritos recuerda que, siendo laica en San Juan asistió a una viejita que sufría fuertes dolores de cabeza, quien le pedía que hiciera una promesa para sanarse. Isora, como se llamaba entonces sor Leonor, le aplicó unos remedios caseros, y sobre todo la ayudó a recibir los sacramentos, porque “no sabía hacer más promesa que la de componer el alma con una buena confesión” (p. 67). La anciana quedó sana y contenta, y la joven daba gracias a Dios y a su madre Santa Catalina.

Por el mismo tiempo, conoció a una mujer pobre y abandonada, que “se envejeció en mala vida” (p. 71). A ésta la acompañó con paciencia y compasión, y la preparó despacio para hacer una buena confesión; luego le ofreció ropa decente y la acompaño a la iglesia, donde junto con ella comulgó, estando la anciana deshecha en lágrimas y muy agradecida.

Siendo luego monja en Santa Catalina (Córdoba), tuvo varias veces por oficio la atención de las religiosas ancianas y enfermas. Recuerda a una religiosa anciana, piadosa y obediente, que al final se trastornó de escrúpulos, aunque era muy pacífica (p. 109). No le fue nada fácil atenderla, y cuando se puso peor, sor Leonor la acompañaba y cuidaba en todo momento. Con mucho afecto y oración, se logró a última hora que volviera a su razón, de manera que alcanzó a confesarse con serenidad y recibir los sacramentos.

Dios le infundió un gran celo por el bien de las almas, de modo que las abrazaba con amor en su corazón e intercedía por todas. Enseñó a niños y grandes las verdades de la fe, los preparó para los sacramentos y consoló a moribundos.

Que su ejemplo de cercanía e intercesión nos ayude a ser instrumento para que muchos hermanos enfermos se acerquen al Señor por medio de los Sacramentos.

¿Por quién le querés pedir hoy a sor Leonor?

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