Hoy 8 de septiembre como Iglesia en Argentina celebramos la Jornada de la Vida Consagrada,
un día para dar gracias a Dios por tantos hermanos y hermanas que han respondido al llamado
de amor que Jesús les ha hecho y también un día para rezar por las vocaciones de especial
consagración y para pensar de qué manera se puede ayudar a aquellos a quienes Dios llama.
Sor Leonor en su camino de discernimiento siempre encontró ayuda de parte de diversas
personas para poder cumplir su sueño de ser monja…dejemos que ella misma nos lo cuente:
Lo cierto es San José. mandó a aquel joven José, para que yo conociera lo que debía
hacer para llenar mis deseos.. Y me pregunta por qué no era ya religiosa; le contesté que
aún había inconvenientes que allanar, y] se quedó un rato suspenso. Me dice: Señorita
dispense que sea tan importuno en mis preguntas; ¿podrá decirme cuál es el
inconveniente que usted tiene para llenar sus deseos? Yo me resistí a decirle para no
comprometerlo; pero me instó tanto, que le dije que aún no había reunido el dinero para la
dote, aunque algo tenía. ¿Y tiene esperanza de tenerlo? me dice. Le respondí que sí, que
esperaba en el Señor que se allanaría esa dificultad. Y me dice: Yo quiero tener el gusto
de tener parte en su felicidad, señorita, y por eso le preguntaba. Si me acepta quiero serle
útil. Así lo hizo y fue el primero que me dio una buena limosna, por donde vine a conocer
visiblemente que esto era lo que Dios quería que hiciera.
Algunas personas se me ofrecieron con el mayor gusto para presentarla. Y fue tal el
gusto con que contribuía la gente, que aun habiendo personas pobrísimas, me dieron lo
que no esperé porque querían tener parte. Otras personas que sabían que pedía limosna, sin
que les pidiese me la llevaban a casa, y otras me la daban en la iglesia cuando me veían.
Un día acababa de comulgar en la catedral y lloraba confundida, llena de gratitud,
dando gracias al Señor y a la Santísima Virgen, que con tanta bondad hacían que me
socorriesen sin tener yo el trabajo, ni la humillación de presentarme a pedir. En esto me habla
una niña de atrás mío y me dice: He sabido que usted pide limosna para irse de San Juan a
ser monja.
Le dije que si, que le pidiese al Señor que me ayudase. Y me dice: Yo le voy a dar una
limosna que recogió la señora fulana de La Rioja, que pidió por muchos lugares donde
anduvo para ser monja, y no juntó sino doscientos veinticinco pesos, que puso a réditos.
Ella ha muerto de cólera [99] y me ha dejado de albacea a mí. Ha dejado dispuesto que
este dinero, se emplee en alguna obra pía, y ¿qué mejor obra que ésta, que es para el
mismo fin que ella lo pidió.
Así lo hizo; y otras señoras más me dieron bastantes pesos y me fui a casa llena de limosna y
de consuelo, porque en esto me manifestaba Dios su voluntad. Otras personas le llevaban
al padre limosna para mí.
Te preguntamos: ¿Vos rezás por las vocaciones? ¿Te animás a aquellos que están en
discernimiento? Te leemos, dejanos tu comentario.