Entre los relatos más emocionantes de sor Leonor en sus Memorias destacamos el encuentro de Isora con la Virgen cuando le pide que sea su MADRE porque su madre había muerto.
Cuando Isora tuvo 8 años murió su madre, doña Francisca Solana Dávila, en casa de su hijo mayor, Ramón. La niña sufrió mucho por la enfermedad de la madre tanto que fue asaltada por una gran fiebre Por eso para evitarle mayores trastornos fue llevada a la casa del padre. Sin embargo, a pesar de la distancia entre las dos casas, la sensibilidad de la niña se manifestó con éxito “El día en que murió mi madre no sé cómo lo supe. Sentí una gran ansia y dije: “¡Mi madre ha muerto y quiero verla!” Y desde aquella hora me puse como una loca, pues sufrí mucho no como criatura sino como persona mayor “.
El primer paseo que le hizo hacer su buena tía, fue a ir a la capilla de la Inmaculada Concepción en Malligasta (La Rioja). Desde la entrada a la niña se conmovida esperando encontrar allí su consuelo. Así sucedió. Llegó hasta la baranda del presbítero y se arrodilló, Isora expresa así ese encuentro con la Virgen:
“La imagen estaba cubierta con una rica cortina y me descubrieron. Toda arrebatada, alce mis manos hacia arriba, después de apretar en mi pecho y toda deshecha en lágrimas le dije a la Virgen: “¡Madre mía, yo no tengo madre! ¡Sed vos mi madre! “. “Apenas dije esto, me envió en un mar de dulzuras que no sabía lo que hizo. La Virgen me atrajo toda hacia ella con gran ternura y amor, como quien abre los brazos, y me aceptó y acogió entre los suyos ”.
Iglesia de la Inmaculada Concepción Malligasta “Este regalo duró un largo rato. Viendo mi tía que me demoraba mucho, me busqué para mostrarme otras cosas; pero yo no podría levantarme de allí … Salí de la capilla tan cambiada y tan contenta que nunca más sentí tristeza y que persuadida y muy confiada en la protección de la Virgen de que tenía una madre … ” (Memorias de Leonor de Santa María).